¿Alguna vez os ha asaltado una idea que no podéis ignorar ni aunque os esforcéis? ¿Ha venido a vuestra mente algún personaje, alguna situación que sentís la imperiosa necesidad de plasmar en un papel? ¿Os habéis despertado en plena noche tras un sueño fantástico que os hace pensar que es el argumento idóneo para una gran novela? A mí me ha pasado, y no son pocas las veces que he tenido que levantarme a escribir cuatro apuntes a prisa y corriendo para que no se me olvidara nada importante.
Si la agitación que me provoca la nueva idea es tal que no puedo dejar de pensar en ella, empiezo a escribirla sin preocuparme por estructuras, profundidad de personajes ni veracidad de la situación. En ese momento escribo para liberar mi mente, para aclarar mis ideas y ver si la historia que nace es realmente interesante. Relleno hojas rápidamente, volcando sobre el papel todo lo que se me ocurre. La extensión variará con la idea, puede quedar como un pequeño cuento, un relato más o menos breve o, incluso, como una novela corta.
Hasta aquí queda satisfecha mi necesidad de escribir por escribir. Pero ¿es suficiente? En mi caso no. También quiero escribir para que me lean, y para eso, mi escrito necesita mucho más trabajo. Intentaré hacer una lista de los pasos que sigo. Tal vez os ayude.
1. Le doy muchas vueltas a la trama principal. ¿Es lo suficientemente atractiva como para atrapar al lector? ¿Le interesará a mucha gente o solo a mí? Aquí intento perfilar bien lo que podría ser un resumen de la historia, en el que el principio y el final están muy claros.
2. Características de los personajes. Físico, carácter, costumbres, gustos, manías, familia, trabajo, trasfondo social y cultural... Esta es la parte que me parece más tediosa, pero es necesaria. Cuanto más perfilados estén los personajes en este paso, menos cambios tendré que hacer después. Intento ser todo lo detallista que puedo, narrando incluso su pasado y en qué le ha afectado.
3. Esquema de la obra. En este punto voy un pelín más allá y dibujo una línea de tiempo en la que organizo todos los sucesos importantes (también las ideas nuevas que se me ocurran para añadir a mi escrito). Gracias a este hilo puedo ver casi claramente los capítulos que tendrá (digo casi porque solo será un guión, si por el camino se me ocurre una idea brillante, añado los capítulos necesarios y varío lo que haga falta). Puedo ver a groso modo cómo fluye la historia y si en cada capítulo ocurre algo que mantenga al lector atrapado en la historia.
4. Resumen de los capítulos. Aquí anoto el contenido del capítulo sin ser muy explícita. Utilizaré lo que ya tengo escrito y marcaré en qué capítulo va cada cosa.
5. Escenas. En este punto valoro cada capítulo y lo divido en escenas. En mis capítulos suelen haber cuatro escenas que (sin hacerlo a propósito, suelen ocupar seis páginas A4). Así si un capítulo es demasiado largo, me es muy fácil cortarlo. A veces intercalo capítulos más cortos para marcar un suceso muy concreto, normalmente de acción.
6. Desarrollar escenas. Por fin llegó el momento de escribir detalladamente cada capítulo, cada escena, cada diálogo.
La ventaja de este sistema es que si me atasco en una escena, puedo saltarla y continuar por otra que me cueste menos. También soy consciente todo el tiempo de cuál es la historia que quiero contar, qué quiero transmitir, ver si tiene fisuras y observar la fluidez del texto.
¡He acabado mi novela! ¡He conseguido escribir la ansiada palabrita: "fin"! ¿Ya doy por terminada mi obra?
¡No, ni mucho menos! Ahora empieza toda una tarea de revisión y corrección exhaustiva. Un trabajo arduo que seguramente explicaré en otro post.
¿Qué método utilizáis vosotros?