lunes, 6 de octubre de 2014

Sed de venganza

No quería que escapara. Odiaba verlo irse de rositas después de lo que le había hecho. No dejaría que huyera en busca de otra víctima inocente.
Corrió tras él. Lo golpeó con furia asesina, con saña.
Se miró las manos manchadas de sangre y sonrió triunfal. "Ese no vuelve a picarme", pensó mientras se rascaba.

©Jim Megal-2014. Todos los derechos reservados 

No hay comentarios:

Publicar un comentario