lunes, 7 de noviembre de 2016

Mis impresiones de la Bcon, la EuroCon en Barcelona

¡Hola a todos!
Para empezar quiero remarcar que, lo que escribiré a continuación, es mi opinión personal. No pretendo ofender a nadie, ni desprestigiar el trabajo y esfuerzo de ninguno de los organizadores o participantes. De igual manera, tampoco está dentro de mis objetivos «enjabonar» a nadie. Lo único que quiero es redactar mis impresiones, por si a alguien le interesan.
Me inscribí a la EuroCon en cuanto me enteré de que se haría en Barcelona. No me resultó muy difícil hacerlo, porque todo estaba bien explicado en inglés y español. Aunque debo decir, que la información que se tenía en ese momento sobre el programa era más bien poca, la idea de una convención que tuviera que ver con la fantasía y la ciencia ficción era demasiado tentadora como para resistirse. Según dijeron los medios de comunicación había 850 plazas y en el momento del evento llevaban cinco meses agotadas (me alegro de no haberme dormido en los laureles).
Tras pagar la inscripción (en ese momento me pareció carilla), me fueron llegando algunos correos informativos, pero todo estaba en inglés. No es que sea un problema, pero hubiera agradecido que también estuvieran en español. Esto es así para la convención en general.
La recogida de acreditaciones me resultó muy sencilla y ágil. El lugar escogido me pareció ideal, y bien distribuido y señalizado. El hecho de que mi amiga Júlia y yo nos perdiésemos cada vez que teníamos que cambiar de sala era un problema personal y no de la organización. Si en lugar de mapa nos hubieran dado una brújula o un GPS, nos habríamos perdido igual... (Sí, ambas encajamos en el tópico femenino de los mapas).

Pero vayamos a las ponencias y mesas redondas, que es de lo que realmente queréis saber.
Debo decir que, en general, me quedé con la sensación de que las mejores ponencias eran en inglés, y en ese sentido, me supo mal que no hubiera más traducciones simultáneas. Lo positivo que saco de esto es que ahora tengo muchas ganas de ponerme las pilas con el inglés. No vale con entenderlo un poco; la gente suele hablar muy rápido.
Las dos primeras mesas redondas a las que asistí, me desinflaron y desconcertaron bastante.
La primera se titulaba: «Estado de la CF española: ¿tradición o revolución?». No sé qué contenido pensaba escuchar, pero desde luego, no esperaba que me describieran el perfil de un friki, o que se tratara el tema del feminismo dentro de la CF como si fuese vital para derrotar al machismo que se había dado hasta la fecha. Sí se habló, por encima, de la evolución de la CF española. Si no recuerdo mal, dijeron que España está en los 70 de Estados Unidos.
La siguiente mesa redonda que escogí, se titulaba: «Albinos en la literatura fantástica: el auge de lo extraordinario». Mi impresión de esta sesión tampoco fue buena. Sí, es cierto que, en infinidad de ocasiones dentro de la literatura o el cine, los albinos son tratados como personajes fuera de lo común, y se les ha dado carácter de héroe, villano o ser místico. Pero podría decir lo mismo de los pelirrojos. Ahora están de moda y son los protagonistas de muchas historias pero, durante mucho tiempo, han sido personajes secundarios que han sufrido las burlas de los principales. ¿Y qué decir de los morenos? ¿Cuántas veces la princesa/doncella en apuros/heroína ha sido rubia? y ¿cuántas veces la bruja/madrastra ha sido morena?
Salí de la charla con la sensación de que no era más que un tema de «relleno» para los de habla hispana.
Afortunadamente, el día mejoró muchísimo con el «Taller de creación de mundos fantásticos», que impartió Sofía Rhei. Duró dos horas, que parecieron quince minutos. Sofía tiene una elocuencia que envuelve y emboba. Su experiencia y amplio conocimiento en la temática me mantuvieron tomando apuntes todo el tiempo. Cada enseñanza la acompañaba de ejemplos claros, prácticos y de recomendaciones de lectura que estoy deseando devorar. Solo por ese taller, ya mereció la pena asistir a la convención.
Pero no acabó ahí el día. Júlia y yo tuvimos la oportunidad de asistir a la entrevista a Richard Morgan y a la segunda de Brandon Sanderson. Ambos me impresionaron. Quiero destacar de ellos su cercanía y humildad. Sanderson habló de cómo sus fracasos lo ayudaron a mejorar; animó a sus fans a que apoyaran a los autores poco conocidos y a las librerías pequeñas; pidió respeto por el trabajo de los autores, especialmente por el que algunos consideraban «basura»; y se reafirmó como un hombre de fe y de ciencia. Y, aunque el día anterior había firmado mil libros y atendido a cada uno de sus seguidores, no se negó a firmar autógrafos o a hacerse fotos con nosotros. ¡Ese hombre me llegó al corazón!

El domingo empezamos con una interesantísima charla sobre «Tolkien y la fantasía como una herramienta de educación». Ahí descubrí la sociedad Tolkien en España y sus distintas delegaciones (smieles). Lo que más me llamó la atención fue la sugerencia de utilizar «El Señor de los anillos» como hilo conductor para enseñar diferentes materias como historia, filosofía, religión o literatura. La idea me encantó y pienso darle vueltas para conseguir ese tipo de aplicaciones prácticas y educativas.

La siguiente mesa redonda a la que asistimos fue «La ciencia en Star Trek». Me fascinó darme cuenta de cómo la ciencia ficción había inspirado a ingenieros, programadores y científicos, impulsando los avances tecnológicos de los que tanto dependemos como el móvil, la memoria USB o la tablet. Expusieron muchos más ejemplos. También hablaron de los cíborgs, y quedó patente que, en ese ámbito, la ciencia ficción ya es una realidad, como por ejemplo el implante coclear.

Admiradas por la expresividad de Sabrina Rodríguez, la seguimos hasta su ponencia: «Ciencia ficción: del pulp al blockbuster». En ella hizo un repaso por la historia del cine de ciencia ficción y cómo el éxito de las películas ha pasado a ser marcado por el dinero recaudado. También nos hizo ver que, aunque en las películas de CF suele haber muchos efectos especiales, no es su característica más destacable, y recomendó algunos ejemplos.

Asistimos también a la charla: «G. R. R. Martin y P. Rothfuss, de la tragedia a la picaresca. Nuevos géneros dentro del género». Siento decir que esta no me gustó. La forma de exposición fue aburrida y decadente, y el contenido no logró convencerme.

La encantadora Lisa Tuttle me devolvió el buen ánimo. Disfruté mucho de su entrevista, y estoy deseando hincarle el diente a su libro «Writing fantasy & science fiction». Es una lástima que no esté en español.


Por último, tuvimos la oportunidad de escuchar a Rihanna Pratchett. Me pareció muy natural y espontánea, nada pretenciosa. Fue interesante descubrir lo que hay detrás de los videojuegos y las historias que cuentan, y cuál era el trabajo de los escritores, como ella, que le dan vida a personajes como Lara Croft.

Siento haberme extendido tanto, pero ha sido un fin de semana muy intenso. Me ha ayudado mucho a ver lo inmenso que es el mundo de la literatura y cuánto me queda por aprender. Ha sido muy estimulante e instructivo. Por mis intereses personales, me habría gustado que hubiera más talleres como el de Sofía, y que todo estuviera en español e inglés, para que mi abanico de posibilidades no se viera tan reducido. Sin embargo, la experiencia ha sido muy positiva. Sin duda, repetiré.